El camino real que llegaba de Artieda a Ruesta, cruzaba la actual carretera para dirigirse a la ermita de San Juan Bautista – antiguo monasterio de San Juan de Ruesta -, hoy en el límite de las aguas del embalse de Yesa.
El monasterio de San Juan Bautista o de Maltray fue fundado entre 911 y 928 por el rey Sancho Garcés I de Pamplona, después de la conquista del castillo de Ruesta a los musulmanes. Tras la devastación de Almanzor, los monjes de San Juan huyeron a Francia, estableciéndose en Cluny, donde se acogieron a la regla benedictina; Sancho III el Mayor volvió a llamar a los monjes, entre 1025 y 1030, y, con ellos, entró en Aragón la reforma cluniacense, de manera que puede decirse, con Durán, que San Juan de Ruesta fue cuna de la reforma monástica aragonesa. Cuando Sancho Ramírez de Aragón fundó San Juan de la Peña, en el año 1071, los monjes de Maltray se trasladaron al monasterio pinatense, confundido durante mucho tiempo por los historiadores con el cenobio ruestano.
En la zona donde estuvo el monasterio de San Juan de Maltray hoy, tras el derrumbe de su cubierta y parte de su estructura en 2001 y después de los trabajos de restauración realizados recientemente, sólo queda parte de la ermita románica original de San Juan Bautista, que, según Durán, corresponde a la iglesia monástica del siglo XI.
Hace unos años se encontraron, bajo el encalado con que había sido cubierto el ábside tras la guerra civil, las conocidas pinturas románicas del Maestro de Ruesta, trasladadas al Museo Diocesano de Jaca, donde hoy se conservan.